Sulfato de Glucosamina: un Remedio Natural para la Osteoartritis
La osteoartritis se produce en las áreas donde se unen dos huesos, conocidas como articulaciones. Estas articulaciones están recubiertas por un cartílago especial que se regenera constantemente para contrarrestar el desgaste. Sin embargo, en ocasiones nuestro cuerpo no produce suficientes químicos para mantener un grosor adecuado en la superficie del cartílago, lo que resulta en su degeneración y la aparición de la artrosis.
Los síntomas de la osteoartritis suelen incluir rigidez matutina, rigidez después de periodos de descanso, dolor que empeora con el uso de las articulaciones y pérdida de movimiento. Las radiografías de las articulaciones afectadas suelen revelar un estrechamiento del espacio articular llamado "hueso sobre hueso" y la formación de espolones óseos, signos de la progresión de la degeneración articular, conocida como enfermedad articular degenerativa.
Afortunadamente, existe un suplemento no farmacéutico llamado sulfato de glucosamina, considerado una cura natural para la artritis. El sulfato de glucosamina es un componente químico esencial para el cartílago de nuestras articulaciones. Aunque nuestro cuerpo produce normalmente suficiente sulfato de glucosamina para renovar el cartílago, cuando sufrimos traumatismos articulares o estrés repetitivo, es posible que no podamos producir suficiente cantidad para reparar el cartílago afectado.
Personalmente, hace más de 20 años experimenté los síntomas de la osteoartritis en mis manos debido al uso repetitivo en mi trabajo como quiropráctico. Comencé a tomar un sulfato de glucosamina de alta calidad, 500 mg tres veces al día, totalizando 1500 mg diarios. En cuestión de semanas, el dolor en mis manos desapareció. Continué con esta dosis durante tres meses, permitiendo que el cartílago se reparara por completo. Luego reduje la dosis a 1000 mg por día y seguí sintiéndome bien. Intenté reducir aún más a 500 mg por día, pero volvieron las molestias, así que regresé a los 1000 mg por día, dosis que he mantenido hasta el día de hoy. Mis manos permanecen sin síntomas y no muestran signos visibles de degeneración articular.
En las últimas dos décadas, he visto a cientos de mis pacientes encontrar alivio del dolor de la osteoartritis al seguir la misma suplementación con sulfato de glucosamina que acabo de describir. Mi experiencia ha sido que las articulaciones más pequeñas, como las manos, codos, hombros y rodillas, responden bien a la suplementación con sulfato de glucosamina. No puedo decir lo mismo en el caso de las articulaciones de los pies, caderas y columna vertebral.
Sin duda, vale la pena probar la suplementación con sulfato de glucosamina. Una breve prueba inicial, con un pequeño gasto, le permitirá determinar si puede obtener beneficios. Si experimenta mejoras, es recomendable continuar usando el suplemento como un método natural y económico para minimizar el desarrollo a largo plazo de esta enfermedad degenerativa.
