Síntomas de la artrosis
La mayoría de los síntomas de la artrosis derivan del mecanismo y las causas de producción de la enfermedad. No obstante, los síntomas más frecuentes, que suelen aparecer en casi todos los procesos de artrosis son los siguientes:
- Dolor: es posible que el paciente no lo sufra y que se diagnostique la artrosis como mera coincidencia, gracias a alguna prueba radiológica llevada a cabo por otro motivo; pero es muy frecuente que aparezca. Se produce por la degeneración del cartílago y el roce de los dos huesos desnudos, carentes de la protección que les confiere el cartílago. Al principio de la enfermedad, el dolor suele aparecer al mover la articulación; pero cuando se ha instaurado completamente, el dolor suele aparecer con el reposo (por ello, a los pacientes que sufren artrosis desde hace mucho tiempo les suele doler más por las mañanas, durante los primeros minutos en los que deben mover las articulaciones tras la inactividad nocturna).
- Crujidos: suelen aparecer tras un rato de descanso. Al mover la articulación, esta parece estar rígida, como si le faltara lubricación. Se debe al roce de los extremos de los huesos y puede ser otro síntoma de la artrosis.
- Deformación: el crecimiento lateral de los huesos, al reaccionar por la degeneración del cartílago, produce deformidad en la articulación, que se agranda y se hace más ancha. En las manos es muy frecuente la aparición de los nódulos.
- Inflamación y edemas: pueden aparecer procesos inflamatorios y acúmulos de líquido alrededor de la articulación dañada.
Localizaciones frecuentes de la artrosis
Si bien la artrosis se puede presentar
en casi cualquier articulación del cuerpo, ciertas localizaciones son
mucho más frecuentes. Además, las manifestaciones de esta artrosis
pueden presentar pequeñas variaciones en función de la articulación
afectada.
Artrosis en las manos
Suele cursar con nódulos o bultos. Son
más frecuentes en las mujeres. Los miembros de una misma familia pueden
presentar tendencia a sufrirla, si sus antepasados la han sufrido. La
primera manifestación suele ser dolor e inflamación en una articulación;
y después se va extendiendo a otras. A medida
que van apareciendo los nódulos, las molestias van remitiendo, hasta la
desaparición total de las mismas cuando la deformación ya está muy
avanzada, y el principal problema lo constituye la alteración estética.
Artrosis en la rodilla
El sexo, la edad y la obesidad son muy
importantes a la hora de padecer de artrosis en la rodilla. En especial
la obesidad, que sobrecarga de peso a la articulación, desencadenando
los problemas. Dolor en la cara interna o en la parte anterior de la
rodilla. Puede cursar con chasquidos, y aparece a menudo al subir o bajar escaleras. En estados de gravedad mayor, puede aparecer cojera.
Artrosis en la cadera
El dolor suele manifestarse en la ingle.
Mejora con el descanso. También puede doler la cara interna del muslo,
la rodilla, o incluso la zona de las vértebras lumbares cercana a la
cadera. La evolución puede variar mucho; puede permanecer estable o
requerir de cirugía. Los movimientos normales pueden estar
comprometidos, dificultando acciones tan comunes como abrocharse los
zapatos (porque no se puede flexionar la pierna) o cruzar las piernas.
Artrosis en la columna vertebral
En la artrosis de la columna suele
aparecer dolor en la región cervical (en el cuello) o en las vértebras
lumbares debido a la degeneración del cartílago que, en este caso,
facilita el movimiento de las vértebras y el roce entre ellas; los
músculos de la zona pueden sufrir contracturas, lo que dificulta el
movimiento del cuello o los hombros, en el caso de la artrosis cervical.
Se puede transmitir el dolor, debido a la conducción nerviosa, hasta la zona de la cadera, produciendo ciática (dolor en el nervio ciático).