Localizaciones frecuentes de la artrosis
Localizaciones
frecuentes de la artrosis
Si bien
la artrosis se puede presentar en casi cualquier articulación del cuerpo,
ciertas localizaciones son mucho más frecuentes. Además, las manifestaciones de
esta artrosis pueden presentar pequeñas variaciones en función de la
articulación afectada.
Artrosis en las manos
Suele
cursar con nódulos o bultos. Son más frecuentes en las mujeres. Los miembros de
una misma familia pueden presentar tendencia a sufrirla, si sus antepasados la
han sufrido. La primera manifestación suele ser dolor e inflamación en una
articulación; y después se va extendiendo a otras. A medida que van apareciendo
los nódulos, las molestias van remitiendo, hasta la desaparición total de las
mismas cuando la deformación ya está muy avanzada, y el principal problema lo
constituye la alteración estética.
Artrosis en la rodilla
El
sexo, la edad y la obesidad son muy importantes a la hora de padecer de
artrosis en la rodilla. En especial la obesidad, que sobrecarga de peso a la articulación, desencadenando los
problemas. Dolor en la cara interna o en la parte anterior de la rodilla. Puede
cursar con chasquidos, y aparece a menudo al subir o bajar escaleras. En
estados de gravedad mayor, puede aparecer cojera.
Artrosis en la cadera
El
dolor suele manifestarse en la ingle. Mejora con el descanso. También puede
doler la cara interna del muslo, la rodilla, o incluso la zona de las vértebras
lumbares cercana a la cadera. La evolución puede variar mucho; puede permanecer
estable o requerir de cirugía. Los movimientos normales pueden estar
comprometidos, dificultando acciones tan comunes como abrocharse los zapatos
(porque no se puede flexionar la pierna) o cruzar las piernas.
Artrosis en la columna vertebral
En la artrosis de la columna suele aparecer dolor en la región
cervical (en el cuello) o en las vértebras lumbares debido a la degeneración
del cartílago que, en este caso, facilita el movimiento de las vértebras y el
roce entre ellas; los músculos de la zona pueden sufrir contracturas, lo que
dificulta el movimiento del cuello o los hombros, en el caso de la artrosis
cervical. Se puede transmitir el dolor, debido a la conducción nerviosa, hasta
la zona de la cadera, produciendo ciática (dolor en el nervio ciático).